miércoles, 9 de abril de 2008

SATANISMO


¿HASTA QUÉ PUNTO EL SATANISMO PUEDE SER PENSADO COMO UNA RELIGIÓN?1

El fenómeno del Satanismo ha sido tergiversado de diversas maneras en Colombia y particularmente en Medellín por diversos grupos (como en ciertos sectores del periodismo tradicional, por la Iglesia Católica, por la sociedad en general, por ciertos "metaleros" que se creen "radicales"). He ahí la importancia de trabajarlo con rigor académico, conceptual, teórico e histórico, para que salga un poco de la vaguedad en la que se halla. En el presente escrito no se pretende realizar una síntesis histórica del satanismo de Aleister Crowley, ni del laveyano ni del paganismo nórdico, sino analizar el concepto de religión desde un punto de vista sociológico, antropológico e histórico, para así determinar ¿hasta qué punto el satanismo puede ser pensado como una religión? Este problema es más complejo de lo que parece, pero para analizar iconologías satanistas y anticristianas, en el Metal, es indispensable vislumbrar de una manera crítica diversas acepciones del concepto de satanismo (incluso en el contexto colombiano).

Carlos Arboleda Mora piensa que “el satanismo ha sido tratado de manera poco rigurosa en algunos ambientes periodísticos, religiosos y culturales. Ha caído en la categoría de lo fantástico y de lo morboso”2. Esto se debe a que Colombia es un país tradicionalmente católico, en el cual se ha defendido a ultranza el fenómeno de las tres erres: Riqueza, Región, Religión (en términos del filósofo e historiador Luis Javier Ortiz). De ahí que cualquier movimiento que ponga en cuestión sus doctrinas sea señalado de inmediato como “satánico”, como es el caso de los poetas nadaístas y de los rockeros en los 60´y 70´ y de los metaleros en los 80´y 90´. Se ha señalado a agrupaciones de Rock y de Heavy Metal de ser “satánicos” sin comprender cuáles son los matices filosóficos, socioculturales e históricos del satanismo, del anticristianismo y del anticlericalismo.

Desde el punto de vista de la Psicología Social, “las llamadas sectas satánicas son un problema psicosocial y cultural, en el que se refleja una sociedad en proceso de cambio, precaria, excluyente y satanizadora"3. Este postulado implica pensar en las posibles “causas” del fenómeno del satanismo y no conduce a juzgar como “bueno” o como “malo” su existencia y sus consecuencias en sociedades contemporáneas. Al respecto, Carlos Arboleda Mora considera que “buscar el chivo expiatorio en el satanismo permite a la sociedad olvidar lo que realmente está sucediendo”4.

Algo análogo sucede con los denominados “Estados Modernos” que ven en grupos al margen de la ley sus chivos expiatorios, para justificar sus “Políticas de Seguridad Democrática”, cuyos medios y fines en nada se diferencian de los grupos ilegales. Así le ha pasado a la Iglesia Católica en torno a “la libertad de cultos” establecida en la Constitución de 1991: como ya no es ilegal jurídicamente no ser católico, hay que justificar desde acontecimientos aislados el satanismo como chivo expiatorio, esto significa que si algún psicópata viola y asesina a una persona de inmediato es atribuido por algunos medios masivos y por la institución eclesial a las “sectas satánicas” sin que se muestren pruebas de ello. En este sentido, Fray Marino Martínez Pérez decía en el 2000 que “una secta satánica envió a diferentes sacerdotes del país una botella de vino envenenado”5. Esta afirmación fue puesta en duda por Carlos Arboleda Mora en esa misma Revista: “crímenes como el envío de vino envenenado a sacerdotes católicos están en camino de investigación sin haber llegado aún a juicios y sentencias definitivos”6. Don Fray Marino Martínez Pérez juraba sin pruebas y de manera intuitiva que eran “sectas satánicas” las culpables. Casos como éste muestran que hay sectores eclesiásticos empeñados en desdeñar cualquier duda que ponga en cuestión sus dogmas de fe (como ellos mismos los denominan).

La música Rock y el Metal también han sido flancos y chivos expiatorios de diversas autoridades eclesiásticas. A grupos como Led Zeppelín, Black Sabbath, AC/DC, kiss, Iron Maiden se les ha acusado de promover el satanismo con el trillado “discurso de lo subliminal”, lo cual es falso… Y si fuese cierto en Colombia desde 1991 ya no sería ilegal. Los rockeros en los 70´ y 80´ tuvieron que pagar las consecuencias del conservatismo y de la ignorancia eclesial en torno a diversos grupos juveniles como los metaleros. Nadie niega que en Colombia: se han cometido múltiples actos delictivos, de hecho –como dice Arboleda Mora- “hay actos delictivos en algunos grupos satánicos, pero no son realizados por ser satánicos, sino que hay personas que los ejecutan y los justifican bajo la capa del satanismo”7. Casi siempre se comete el error del raciocinio de afirmar el todo sólo teniendo la parte: ahí nace el estereotipo errado del “sujeto satanista”.

Desde el enfoque teológico y bíblico, Satanás ha sido el acusador, el ángel de Yavé, el adversario de Dios, el calumniador, el censurador, el desordenador, el opositor… En el Satanismo Laveyano “Satán” sigue siendo eso, con la diferencia que ya no es una deidad, ni una entidad sobrenatural y metafísica, sino un poder terrenal, mundano, corporal y psicológico. La pregunta sería ¿si el satanismo Laveyano no está regido por una deidad, entonces por qué en dicha corriente se hacen rituales mágicos y de hechicería? Esta cuestión tiene que dilucidarse teóricamente, lo que sí está más claro es la posición ética de la Iglesia de Satán, puesto que en ella también está prohibido asesinar… ¿De dónde surgen las prácticas de drogadicción, exceso de licor, sexo desbordado y otros delitos en las “sectas satánicas”? Ellas son producto de la Historia, de la sociedad contemporánea y de sus imaginarios sociales, y no necesariamente del Satanismo Laveyano, ya que éste lo único que dice es “Satán representa todos los así llamados pecados, en tanto éstos lleven a la gratificación física, mental o emocional”8. ¿Este principio se contradice con el de no matar? Si a un asesino en serie le da gratificación física, mental y emocional matar… ¿En dónde queda la prescripción de no matar en el Satanismo Laveyano? De esto se puede concluir que el Satanismo de La Vey también ha sido tergiversado por algunos de sus seguidores, ya que sus principios se pueden confundir entre sí (como ha sucedido también con figuras como Marx y como Jesucristo).

Si se aplica la perspectiva sociológica de Emile Durkheim9 y antropológica de Cliford Geertz10 en lo metodológico, se puede deducir que el satanismo no es en sí una nueva religión, sino que tiene diversos esquemas religiosos (básicamente de culturas como la Egipcia, la Griega, la Romana y la Vikinga), ya que en él hay cultos a mitos antepasados, hay ritos a espíritus, hay poderes de adivinación y rituales de iniciación. No obstante, vale analizar si el arquetipo de Satanás constituye en diversas formas de satanismo poslaveyano un inconsciente colectivo, cuya base estructural no sea diferente de religiones como el cristianismo. Para solucionar dicha problemática es importante pensarla desde el psicoanálisis.

Patricia Muñoz en su artículo “El retorno de Satán muestra, desde la teoría freudiana, que el satanismo es la proliferación y el efecto de la caída de los grandes semblantes, es decir, la caída de las “verdades absolutas” no cuestionadas. Esto hace que se multipliquen nuevas ideologías, y por tanto, se llega a la forclusión que sostiene el discurso de la ciencia, el declinar del padre y la multiplicación contemporánea de las sectas. Sin embargo, Muñoz con su análisis generaliza en exceso, puesto que si bien algunas sectas “satánicas” practican el incesto, el asesinato y la violación, esto históricamente lo hicieron en la Roma Imperial y lo realizaron los teócratas medievales, es decir, la autora está cayendo en el euro y etnocentrismo occidental cristiano, para juzgar moralmente estas prácticas que también las han realizado los fanáticos católicos.

Muñoz tiene razón cuando afirma que “la estructura de todas las sectas es igual, aunque sus fines son diferentes”. Aunque exagera cuando estigmatiza a los líderes de las sectas como locos, paranoides y canallas”, porque no hace la distinción entre satanista (satanismo luciferino), satánico (satanismo marginalista) y el for faris (fafarachoso: satanismo de curiosos), ni tampoco tiene en cuenta que los satanistas generalmente también se apoyan en otras mitologías. En otras palabras, no es “el retorno de Satán” lo que desata el satanismo, sino el regreso de una pugna histórico-medieval entre los vikingos y los católicos. Dicha autora también afirma que “la cuestión del deseo se plantea en el ser hablante puesto que no hay garantía de la verdad ni del saber”. En esta afirmación no se tiene en cuenta que el cristianismo le lleva al satanismo casi 2000 años de ventaja y hoy día el cristianismo tampoco da una garantía de la verdad ni del saber, e incluso a veces es tan ridículo que considera al conocimiento humano como una tentación de Satanás, ignorando que la creencia de ellos también es humana.

A lo anterior se suma la ignorancia conceptual de ciertos seguidores de Cristo y de Satanás, quienes confunden los conceptos de Satán, Diablo, Demonio, Lucifer y Leviatán, entre otros. E igualmente no distinguen entre satánico, satanista, anticristiano, ateo, fafarachoso e irreligioso. Por lo tanto, se juzga jurídicamente a los adoradores de Satanás por sus prácticas ilegales (que no siempre lo fueron), mas no porque sus creencias sean erróneas o no. Quienes idolatran a Satán, casi nunca, se consideran una nueva religión, sino un poder mundano y pagano que busca placer en exceso. No obstante, antropológicamente a varios de ellos se les puede asignar el apelativo de religiosos y de dogmáticos, porque así no lo reconozcan, poseen fe en un Ser (que en la Biblia Cristiana representa el “mal”), creen en una Biblia Satánica a ciegas y adoran ciertos símbolos como el pentagrama y como la cruz cristiana invertida.

Finalmente, el satanismo en general es un asunto que es más complejo de lo que parece; el satanismo pagano y el de Aleister Crowley no se han analizado en el presente ensayo, puesto que dada su complejidad merecen un escrito con pretensiones más exhaustivas que el presente; el satanismo laveyano, en última instancia, se puede apreciar como una hibridación del hedonismo clásico (con su búsqueda insaciable de placer), del consumismo contemporáneo, del presentismo epicureísta, de ciertas concepciones filosóficas panteístas, deístas, agnósticas, nósticas, ateas y anticristianas, del individualismo capitalista, del vitalismo nietzscheano, del erotismo del Marqués de Sade, del maniqueísmo soroastrista… Todo ello pretende configurar más que una religión: una “nueva ética” en la que se exalta el ego y no se predica amor desinteresado al próximo como en el cristianismo.



1 Escrito por Wilmer Alberto Zuleta López: wilmeralbertomeister@gmail.com

2 Carlos Arboleda Mora. “Del Satanismo en Colombia”. En: ALBORADA (La Revista de Padres y Educadores). Año XLVI, No 320, Medellín-Colombia, julio-agosto de 2000, p. 10.

3 Ibíd., p. 13.

4 Ibíd., p. 11.

5 Fray Marino Martínez Pérez. “Todos contra el Diablo”. En: ALBORADA (La Revista de Padres y Educadores). Año XLVI, No 320, Medellín-Colombia, julio-agosto de 2000, p. 3.

6 Op, Cit, Arboleda Mora, p. 10.

7 Ibíd., p. 13.

8 Véase el principio 8 del Satanismo Laveyano.

9 Emile Durkheim analiza las estructuras básicas de la religión desde las siguientes consideraciones: “en el fondo ninguna religión es falsa. Todas responden, aunque de formas distintas, a condiciones dadas de la existencia humana… Todas las religiones son comparables… Si la Filosofía y las Ciencias han nacido de la religión es porque ésta, a su vez, ha comenzado haciendo las veces de Ciencia y de Filosofía… La religión es una realidad eminentemente social” (Véase Emile Durkheim. “Las formas elementales de la vida religiosa”. Alianza Editorial, Madrid-España, pp. 30, 33, 39, 41). En dicho texto Durkheim no hace una diferencia explícita entre religión y mitologías, esto se puede apreciar cuando afirma: “nada más tosco que esos mitos compuestos de un solo tema que se repite sin cesar… El axioma de la mitología consiste en que la parte equivale al todo” (ibíd., pp. 39-41). El sociólogo, en términos de Durkheim, tiene la función de analizar diversos “hechos sociales” y hallar una manera de discernir las “causas” siempre presentes, de las cuales dependen las estructuras más relevantes de la práctica religiosa, puesto que “las categorías del pensamiento humano cambian según los lugares y los tiempos. La razón divina; por el contrario, es inmutable” (ibíd., p. 49). Esta proposición implica que se pueda presuponer un problema entre las denominadas “verdades del ojo de la razón” y del “ojo de la carne” respecto a las “verdades del ojo de la contemplación” –en términos de Ken Wilber- ya que las dimensiones lógicas, empíricas y espirituales tienen diversas explicaciones, las cuales en un momento dado pueden contradecirse, he ahí un dilema para el antropólogo, el sociólogo y el historiador de las religiones. En este sentido se puede plantear que el satanismo se ha intenta pensar desde las perspectivas materialistas de La Vey y de las perspectivas espirituales de la Iglesia Católica. De ahí que no haya sido explicado aún desde un enfoque dialéctico y teórico que no sea maniqueísta, éste trabajo se puede iniciar con el presente ensayo.

10 Clifford Geertz concibe la religión como parte simbólica de la cultura, para él “la cultura denota un esquema históricamente transmitido de significaciones representadas en símbolos, un sistema de concepciones heredadas y expresadas en formas simbólicas por medios con los cuales los humanos comunican, perpetúan y desarrollan sus conocimientos y sus actitudes frente a la vida” (Véase Clifford Geertz. “La interpretación de las culturas”. Gediza, Barcelona-España, 1972, p. 88). En este sentido, él define el símbolo como “la esencia del pensamiento humano” y como “la posibilidad de transposición recíproca de modelos de y para la formulación que hace posible la característica distintiva de una mentalidad” (ibíd., p. 92). Cuando Geertz habla de “modelos de”, ello significa la relación entre el mundo y el yo, mientras que “modelos para” hace referencia a disposiciones mentales por el otro. ¿Este par de conceptos podrían aplicarse al satanismo? Eso se podrá determinar en próximas indagaciones, pero lo que sí se puede vislumbrar es el concepto de religión en Geertz: “en su trayectoria, la religión perturbó tanto como consoló y alegró” (Ibíd., p. 99). En esta premisa no se percibe la insoluble paradoja moral en la cual la concepción de los valores es inadecuada respecto a la experiencia, cuya existencia reconoce Geertz. Lo que sí no es paradójico es el axioma fundamental de la perspectiva religiosa que según él es “quien quiere saber, debe primero creer”. Si bien puede ser aplicable a diversas cosmogonías y teogonías, así como a ciertas prácticas cristianas y satanistas; por otra parte ella no necesariamente determina cuáles creencias contienen esquemas religiosos y cuáles no, en el caso del satanismo vale analizar con lupa dicho axioma como se intentará hacer en la presente indagación.

DEICIDE


¿POR QUÉ “FUCK YOUR GOD” DE DEICIDE Y OTRAS CANCIONES DE ROCK Y DE METAL SON USADAS POR TROPAS DE EE. UU EN IRAK?

POR WILMER ALBERTO ZULETA LÓPEZ: wazuleta@gmail.com

En los siguientes párrafos se hablará un poco de una de las bandas más polémicas en el Metal: Deicide, ello se hará a partir de la siguiente problemática: ¿por qué “Fuck Your God” de Deicide y otras canciones de Rock y de Metal son usadas por tropas de EE. UU en Irak? La música de Deicide ha estremecido miles y quizás millones de oídos en todo el mundo, sus integrantes han producido imágenes, sonidos y líricas contundentes y han dejado huella entre las bandas más blasfemas del Metal (más que todo en terrenos del Death Metal). Por ello en el presente artículo se intentará realizar un corto seguimiento cronológico a la vida y obra de ellos, así como algunas reflexiones sobre el uso de su música para fines “políticos” e “imperialistas”.

Los hermanos y guitarristas Eric y Brian Hoffman y el baterista Steve Asheim estaban tocando por primera vez juntos en 1987 en una banda denominada Carnage de Tampa Florida, pero pronto cambiaron su nombre por Amon. Al año siguiente grabaron su primer demo de 6 tracks denominado: “Sacrifice Suicide”, con el apoyo del bajo y de las voces del polémico Glen Benton. En Noviembre de 1988 cambiaron su nombre por “Deicide”1, algunas revistas como Hell`Zine muestran a esta agrupación como cruda, cruel, “satánica”, fuerte y desquiciada, es decir, como la banda más enferma del Death Metal en toda su historia; y a sus integrantes los describen como depravados, analfabetas, homofóbicos, sexistas, misóginos, admiradores de los nazis2, también se les acusa de ser asesinos y sacrificadores en serie tanto de animales como de “humanos” y de impulsar a los jóvenes para matar o para que se suiciden. Sin embargo, no hay que creer todo lo que dicen, porque en las fotografías de la banda es muy común verlos abrazando a mujeres “exóticas” y “hermosas”3, además no hay un álbum ni una carátula, en los que hablen y muestren una imagen de Hitler, y a esto se suma, el hecho de que la banda en 1991, la época de estos comentarios, no rindiese declaraciones a los medios masivos de comunicación, por no explicar el por qué de su música, forma de “ser” e ideología, lo que ayuda a poner en cuestión muchos de los comentarios de las revistas. Por estos chismes for faris (que parecen de fashion TV.), los integrantes del grupo y más que todo su vocalista Glen Benton han amenazado a algunos periodistas de Tampa Florida con causarles perjuicios corpóreos4, en caso de que sigan desdeñando sus imágenes. En lo que sí parecen coincidir varias revistas, entrevistas, páginas Web, volantes de conciertos y otros artículos, es en afirman que “el FBI le ha seguido el rastro a Glen Benton, porque se dice que ha hecho varios sacrificios humanos”5. Pero desde esto ha pasado 14 años y no se le ha podido comprobar los delitos que se le imputan.

En todo caso, Deicide desde sus inicios hasta hoy día ha sido objeto de escándalos; en el 1990 por dedicar en su primer disco compacto, llamado igual que la banda, la canción “Lunatic of God`s creation” al asesino en serie Charles Manson, en 1992 porque Benton se hizo con una cuchara caliente, en su frente, una cruz invertida y por las líricas excesivamente blasfemas de su segundo álbum llamado “Legion". Luego en la gira de su disco de 1995 “Once upon the cross” tuvieron un serio altercado con Satyricon y Marduk, bandas de Black escandinavo, porque Benton los llamó payasos6 en sus tierras nórdicas, Deicide tuvo que salir protegido en una tanqueta. Por esta misma época, dos jóvenes murieron “asfixiados” en un concierto de Deicide, por eso, nuevamente esta potente banda de Death fue acusada de ser perjudicial, a través de los medios masivos, en los que decían que “Glen Benton es tan malo que fue expulsado hasta de la Iglesia de Satán” o que “los de Deicide son tan malos que se odian entre sí y sólo se unen a tocar su música”, muchas afirmaciones, pero difícilmente corroborables.

Todos estos líos y chismes, hicieron que Glen Benton y sus tres acompañantes, cansados de las investigaciones del FBI y de la Asociación Protectora de Animales, se volvieran casi “fantasmas”, a partir de su álbum “Serpents of the light” en 19977, ya que de ahí en adelante se calmaron un poco los conflictos y, por ende, empezaron a preocuparse más por su técnica musical que por su imagen; al respecto, Glen Benton considera a este álbum como el mejor de los que llevaban hasta ese momento, porque en él se unen fuerza, técnica y rapidez. Por primera vez los integrantes de Deicide no salen con Cristos invertidos en la fotografía del disco, y en su ideología se nota un “avance”, porque ahora critican al cristianismo de una manera más coherente y sin aludir tanto al concepto de Satán, en este sentido, en 1998 editaron su concierto “When Satan Lives”, en el que retoman canciones de sus cinco primeros trabajos discográficos.

No se supo casi de Deicide hasta el 2000, cuando grabaron su siguiente disco “Insinerate Hymn”, que retomó su símbolo Trifixion de tres lados conectados hacia abajo. Al año siguiente grabaron su C.D “In Torment In Hell” e hicieron lo propio en el 2004 en el trabajo “Scars Of The Crufixion”, pero con la ausencia de los mellizos Hoffman, quienes fueron reemplazados por Jack Owen (ex-Cannibal Corpse) y por otro guitarrista Ralph Santolla, los que aún continúan son G. Benton y el baterista S. Asheim.

Del trabajo “Scars of the Cruxifix” (2004) vale destacar la canción 5. “Fuck Your God” ("Manda a la mierda tu Dios") la cual ha sido usada por tropas estadounidenses -Según informa Mother Jones Magazine's website- al lado de una lista de 24 canciones para torturar a prisioneros iraquíes, conforme a evidencia de varios reportes obtenida a partir de los correos electrónicos de algunos soldados. De hecho Decide está en el número 1 con su canción, por encima de importantes grupos como Eminem, Metallica y AC/DC. “Cuando se le preguntó a Steve Asheim por las palabras de la letra del tema mencionado y el uso que de las mismas hacen las tropas, lo único que pudo decir fue: "Eso está bien. Si nuestros militares están usando un estándar de sonido como abuso, esto me hace sentir como que Deicide forma parte de nuestras tropas". Muchos de los familiares de Asheim (cabeza del grupo Decide) pertenecieron a la Marina: el padre, el tío y el abuelo. Y al respecto, dice: "Aunque yo no seguí los pasos de mis familiares, sí estoy muy contento de haber contribuido en ese evento. Entre las tácticas utilizadas por los militares norteamericanos para torturar los prisioneros iraquíes, está la de tener que escuchar "Fuck your God" a la par que se les priva del sueño y se aplica un interrogatorio dirigido a su desorientación”8.

No se dice, en el artículo citado, que los de Deicide son anti-iraquíes; pero sí, que Steve Asheim –baterista de la Banda-, no ve tal uso de su música como una violación a los Derechos Humanos; y, por el contrario, estimula con sus declaraciones a que las Tropas Norteamericanas utilicen la estrategia de tortura mencionada, no sólo en dichos prisioneros, sino en todos los que representen una amenaza para los mismos. En “The Stench Redemption” (2006) y en “Till Death Do Us Part” (2008) los de Deicide continúan en su lucha anticristiana, pero la pregunta podría ser ¿hasta qué punto se puede generalizar “el pensamiento político” de los cuatro integrantes de Deicide, sólo desde la declaración de Steve Asheim? En fin, es mejor limitarse a problemáticas que puedan ser explicadas de sus imágenes, de sus sonidos y desde sus mismas líricas.

En última instancia, se sabe poco de la vida privada de los integrantes de Deicide; no sé tan siquiera qué formación académica tienen. No obstante, lo que más me interesa es mostrar la relación que hay entre los iconos de sus discos, sus letras y su contradicción con los grupos de Metal Cristiano (más conocido como White Metal). Por lo tanto, es evidente que el Death Metal de Deicide se caracteriza por ir acompañado de líricas hiperbólicas en contra de Jesucristo y de su Dios, en las cuales se intimida no sólo a la imagen de Cristo, sino que se ridiculiza a la Biblia Cristiana, y en trabajos como el "Once Upon The Cross"(1995), en el cuarto track: "Kill The Christian", como su nombre lo indica amenazan a los cristianos de muerte, o bien en álbum "Legion" (1992), en el cual "incitan" a sus fans, para que "decapiten" a los profetas cristianos (Beheading The Prophets, track 7 del Legion). Pero lo que no es tan evidente es ¿por qué lo hacen? ¿Creen en eso? ¿Es sólo por vender? ¿Esa es su forma de ser "rebeldes"? Son preguntas problemáticas que en mi investigación sobre la Iconología del Metal no se lograrán dilucidar, lo que sí se hará es una reflexión sobre varias de sus carátulas, en la sección: cristianismo, anticristianismo y satanismo en el Metal.


1 Deicide significa “el Asesino de Dios”, pero hay que tener en cuenta que esto no necesariamente equivale a la sentencia lapidaria de Friedrich Nietzsche cuando dice: “Dios ha muerto”, puesto que así ambas se refieran al Dios de los cristianos, en Nietzsche la muerte de Dios denota la afirmación de la vida por encima de la negación de la misma, que es lo que hace la metafísica “cristiana”; en cambio, en Deicide se asesina a Dios y no se afirma la existencia. Esto se puede percibir en la canción sacrificial suicide del álbum Deicide (1990), en la que se narra un suicidio de alguien en el nombre de Satanás. Para los de Deicide, Satán representa el “odio” y la “maldad” y quizás no una deidad.

2 Artículo dedicado a “Deicide”. En Hell`Zine, 1991, p. 5.

3 Comentario extraído de la Web: www.deicide.com (de las galerías fotográficas). Esta página fue consultada a finales del 2005.

4 Hell`Zine 1991, op, cit, p 5.

5 Ibíd., p. 5.

6 Varias revistas comentan este altercado, pero cada una cuenta la versión a su manera; por ejemplo, si es blackera dice que Satyricon y Marduk hicieron correr a los de Deicide; y si es Deathmetalera afirma que el vocal de Deicide les dijo que “para tocar brutal e impío no hay que pintarse la cara como un payaso como lo hacen los Black Metal”. Glen afirmó esto porque un grupo de Black (Satyricon) les quitó su turno en el concierto, y la reacción de los blackeros fue intentar agredir a Benton, quien tuvo que irse en una tanqueta para salvar su vida. Esto es en resumen lo que dicen hasta las fuentes orales consultadas, que nos parecen más imparciales. Deicide ha sido grupo conflictivo desde sus inicios; por ejemplo, “en sus primeras presentaciones tuvieron incidentes con fanáticos religiosos, inclusive en sus casas les tiraban literatura religiosa y les gritaban consignas en contra de la banda” . (Véase Hell`Zine, op, cit, p. 5).

7 Este álbum va a ser el objeto de estudio en el primer punto del presente trabajo por parte del Anticristianismo.

8 Artículo traducido al castellano por Raúl Roldán Álvarez (2008) de la siguiente versión: “Gathered from evidence obtained through various reports, leaked interrogation logs and the accounts of soldiers and detainees, a list of the top 24 songs strategically used on military prisoners in Iraq was recently made public, according to Mother Jones Magazine's website.

Among a list of such musical luminaries as EMINEM, METALLICA and AC/DC (as well as non-luminary Barney The Dinosaur), was DEICIDE, coming in at number one with the song "Fuck Your God" from 2004's SCARS OF THE CRUCIFIX.

When word of this info first got to DEICIDE drummer, Steve Asheim, the only thing he could really say was "It's cool. If we're upto military standards of audio abuse, it makes me feel like DECIDE's doing our part for the troops." Of course this moment is not the only history that Asheim has with the armed forces. "My dad was a marine, as were my uncle and grandfather;" says the DEICIDE skinsman. "I didn't follow in their footsteps since I was so busy with the band thing, but I'm glad I was eventually able to contribute somehow."

Some of the tactical circumstances where prisoners may have heard "Fuck Your God" include sleep deprivation and interrogation disorientation”.
En: (http://www.motherjones.com/news/feature/2008/03/am-i-a-torturer.html).